Paul Graham escribe sobre el daño que el App Store ha causado a la reputación de Apple entre los desarrolladores

Lo difícil a la hora de criticar el App Store es que no se presta a una interpretación en la que todo es blanco o negro. No es bueno o malo. Es las dos cosas. De hecho, es más radical aún — es a la vez sorprendementemente bueno y horriblemente malo. Y lo que resulta frustrante es que muchos de nosotros vemos de qué modo podrían mejorarse los aspectos malos sin sacrificar los buenos.

Este artículo de Paul Graham trata semejante dicotomía, e intenta analizar el motivo de la aparente ceguera de Apple ante los graves problemas del App Store:

En realidad, supongo que Apple interpreta erróneamente algo más: creen que todas las quejas existentes por el proceso de aprobación del App Store no son un problema serio. Deben ver que los desarrolladores se quejan. Pero los socios y los proveedores siempre se están quejando. Si no lo hicieran serían una mala señal; significaría que uno está siendo demasiado blando con ellos. Mientras tanto, el iPhone se vende mejor que nunca. De modo que, ¿por qué tendrían que arreglar nada?

Más adelante, Graham resume lo que verdaderamente me da Miedo:

Una organización que se impone haciendo valer su poder pierde la capacidad de imponerse haciendo algo mejor que los demás.

Ojalá hubiera escrito yo esa frase.