Buen argumento de Pete Mortensen sobre el artículo del New York Times en el que Randall Stross ponía por las nubes a AT&T:
Lo que a mí me parece más digno de mención sobre todo este asunto es lo obvio de la manipulación de las estadísticas para hacer que AT&T quede mejor que Verizon. En uno de los casos, Paul Carter, de Global Wireless Solutions (que trabaja para AT&T), menciona que la transferencia de datos de la red de AT&T es “entre un 40 y un 50 por ciento mayor que las de la competencia, incluyendo a Verizon”. Vale, pero nadie niega que la velocidad máxima del 3G de AT&T no es más rápido que el sistema CDMA. No se queja de que con AT&T es frecuente quedarse sin cobertura, que se corten las llamadas, y perder la conexión 3G pasándose a EDGE sin motivo aparente.
Había pasado por alto esto, pero Mortensen tiene toda la razón. El 3G de AT&T es sin duda alguna más rápido que el de Verizon — eso sí, cuando consigues conexión 3G. El problema es que resulta habitual no tener conexión, o perderla cuando la tienes. Es igual que presumir de lo rápido que es tu coche cuando no está en el taller.