¿Os acordáis de que con el iPod, año tras año, nos inundaban las opiniones de expertos que aseguraban que el iPod sufriría el mismo destino que el Mac — “tecnología superior vencida en el mercado por otros artículos de consumo más baratos porque Apple intentó mantener demasiado control”. O alguna analogía parecida. Aquellos expertos no acertaron precisamente.
No he observado tantas opiniones parecidas con el iPhone, pero Henry Blodget intenta hacerlo a la antigua, definiendo a Android como el Windows de la analogía. Bien, es cierto que Android es abierto y que el iPhone no lo es, y que sin duda Android está ganando atención y cuota de mercado. Pero la analogía no se sostiene. El mercado actual de los sistemas operativos móviles casi no se parece en nada al mercado de los ordenadores personales de los 80. Blodget ni siquiera puede montar un argumento que sugiera lo que Apple debería cambiar. En serio: ¿Qué? Licenciar el sistema operativo del iPhone a otros fabricantes de terminales móviles? Anda, no me hagas reír.
De cualquier modo, este argumento es absurdo como mínimo por el hecho de que las ventas del iPhone están creciendo con fuerza.