Andrew Sullivan:
Entiendo que a los anunciantes les gusten las promociones “verticales” para lanzar cierto tipo de productos, y que supuestamente desconfíen de blogueros individuales con un estilo presonal. También sé lo crucial que resulta la publicidad en la situación actual de los medios, y que nuestra supervivencia en Internet es esencial para nuestra permanencia en el medio impreso. No soy un empresario. Y creo enormemente en The Atlantic, como bien saben los lectores. Si esto nos mantiene a flote, sin duda va a ser mejor que tener que cerrar. Si hay algo de genio empresarial en esto, enhorabuena a todos los que han participado.
Pero tratar los blogs como una serie de titulares, diseñados para maximizar el número de páginas visitadas, es una forma muy equivocada de ver los blogs, sus comunidades de lectores y su integridad. Espero que recuperen su antigua coherencia, y que todos estos “canales” sin forma obtengan algo de identidad editorial. Espero que redactores como Fallows y Goldberg no sean tratados como carnaza — ¡presentadores! — para los “canales”. Creo en The Atlantic como un lugar para escribir. Creo que el rediseño destila cierta indiferencia casual hacia esto y hacia el respeto que merece cada uno de los redactores.
Si no sois lectores habituales del contenido online de The Atlantic (si es que os interesan en absoluto la política y los asuntos de índole nacional, lo recomiendo totalmente), antes de su nuevo rediseño alojaban alrededor de media docena de weblogs de redactores individuales. Daban la impresión de ser blogs independientes bajo el paraguas de The Atlantic. El rediseño junta todos menos el de Sullivan.
Me apunto a los que dice Sullivan sobre que, desde el punto de vista del lector, es una cambio muy a peor.
(Noteworthy: Sullivan states that his Daily Dish accounts for 55-60 percent of The Atlantic’s online traffic; hence the exception.)