‘Volando con la mujer dragón’ (apodo del avión espía U-2)

Cholene Espinoza, ex piloto de U-2:

El sacrificio que se hace al construir un avión lo suficientemente ligero para volar a más de 70.000 pies (21.300 metros) es que resulta casi imposible controlarlo. Y a 13 millas sobre el suelo, la atmósfera está tan enrarecida que el margen de maniobra entre entrar “en pérdida”? pérdida y pasarse de velocidad — ir tan rápido que se pierde el control del avión, entrando en un picado irrecuperable — es increíblemente estrecho, lo que hace que cualquier perturbación, incluso una turbulencia, resulte tan mortífera como un misil.

(Visto a Rich Siegel, que también incluyó un enlace a esta magnífica foto de un U-2 en pleno vuelo).