Un trabajador de Microsoft anónimo ha hablado con Jay Yarrow:
“Celebramos una gran fiesta en la sede de la empresa y apuesto a que esa fiesta costó más que los ingresos que conseguimos con el producto. Como empleado me siendo avergonzado. Como accionista estoy cabreado. Una cosa es incubar productos y llegar a crear una prueba de concepto para ver qué funciona, y otra cosa muy distinta es ponerlo a la venta. Sospecho que lo pusimos a la venta porque nos sentimos obligados a hacerlo para guardar las apariencias porque estábamos intentando conseguir la atención de la gente, pero en conjunto ha sido un GIGANTESCO fracaso”.
No puedo confirmar lo siguiente, pero un pajarito bien situado me dijo el fin de semana que vendieron un total de 503 unidades del Kin antes de retirar el producto. 503.