Matt Marshall escribía la semana pasada lo siguiente en VentureBeat:
Con la retirada de Jobs, la carga que siempre ha perseguido a Apple —que su destino está demasiado unido a la genialidad de Jobs– se hará evidente de forma incontestable.
Incluso antes de que la empresa tenga ocasión de demostrar lo contrario, es casi seguro que el mercado de valores manifieste su opinión hundiendo de forma significativa el valor de las acciones de la empresa.
Por ahora, el precio de las acciones es mayor que el que tenía hace una semana. Valida la teoría de que al mercado no le gusta la incertidumbre.