Stanley Kubrick declaraba lo siguiente en su entrevista a Playboy del año 1968:
Lo más terrorífico del universo no es su hostilidad, sino su indiferencia; pero si podemos aceptar esta indiferencia y afrontar los retos de la vida respecto a los límites que impone la mortalidad —por mucho que el hombre pueda alterarlos— nuestra existencia como especie puede alcanzar un verdadero significado y realización.
Por muy vasta que sea la oscuridad, debemos aportar nuestra propia luz.