Otro artículo interesante de Steven Sinofsky, de Microsoft, sobre la justificación del diseño de Windows 8. Detecto un tema recurrente (las negritas son mías):
Desde el primer momento, nuestrop enfoque ha sido replantearnos Windows, y estar abiertos a replantearnos incluso los elementos más básicos del modelo de uso, la plataforma y las APIs, y las arquitecturas para las que ofrecemos compatibilidad. Nuestro objetivo fue crear un diseño sin aceptar compromisos. […]
¿Por qué no partir de cero? ¿Por qué no eliminar todas las funciones del escritorio y proporcionar únicamente el interfaz Metro? ¿Por qué no “convertirlo” todo a Metro? Los argumentos tanto en favor como en contra de un “borrón y cuenta nueva” son bien conocidos. Escogimos adoptar el enfoque de crear un diseño sin compromisos. […]
Windows 8 unifica toda la potencia y flexibilidad que uno tiene actualmente en su PC con la capacidad de tener una experiencia como la del interfaz Metro. ¡No hay por qué aceptar ningún compromiso! Así se tiene un dispositivo que puede hacer todo lo que uno quiere y necesita. […]
Nuestro objetivo de diseño era bien claro: ningún compromiso.
Como escribí ayer, Microsoft y Apple han tomado dos direcciones muy diferentes, sobre todo al comparar iOS con Windows 8. Apple ha aceptado el compromiso. Los compromisos en iOS son, para muchas personas en muchos contextos distintos, lo que hace que el iPad sea mejor que un Mac. Los compromisos consolidan la sencillez y la obviedad de un diseño, y a nivel técnico han hecho posible la magnífica duración de la batería que se consigue en iOS.
Personalmente, cuando estoy de viaje trabajo con un MacBook Air, no con un iPad, porque soy uno de esos usuarios para los que los compromisos asumidos con el iPad suponen un impedimento y me frenan. Pero me gusta tener el iPad como dispositivo independiente para leer y para ver vídeos. Lo fantástico del iPad no es que puede sustituir a un Mac. Es que ha abierto la puerta a todo tipo de cosas para las que un Mac nunca fue ideal.
Este fragmento de Sinofsky es interesante:
Como hemos mostrado, se consigue una experiencia táctil impresionante, que también funciona con un ratón, con un trackpad y con un teclado. Y si uno quiere estar inmerso de forma permanente en el entorno Metro, uno nunca tendrá que ver el escritorio —ni siquiera lo cargaremos (literalmente, el código no será cargado) a menos que uno decida de forma explícita usarlo. Así hemos replanteado Windows.
Ya he dicho que soy escéptico respecto al diseño de Windows 8, “un sistema operativo para cualquier ordenador”. Todo se resume en que creo que su objetivo es demasiado ambicioso. Es una pérdida de tiempo. Pero si lo consiguen, podrían tener algo importante entre manos. Creo que es muy poco probable.