Otro ex ejecutivo de Apple que estuvo presente en aquella ocasión afirmó que los tablets no llegaban a cuajar en Apple porque el Sr. Jobs, cuyas incisivas críticas suelen ser memorables, preguntó básicamente para qué servían además de navegar por la web en el cuarto de baño.
—”Just a Touch Away, the Elusive Tablet PC” (a un toque de distancia), The New York Times, 4 de Octubre de 2009
Hasta aquí la poca información que he oído repecto a El Tablet (y nada ha cambiado en seis meses): el proyecto del Tablet es real, cuenta con la nada desdeñable e inquebrantable atención de ya sabéis quién, y todos los que trabajan en él han desaparecido del mapa. No conozco a nadie que trabaje en Apple y que dude de esto; tampoco conozco a nadie en Apple que sepa una pizca más de lo expuesto aquí. Y tampoco conozco a nadie que haya visto el hardware o el software, ni siquiera a alguien que conozca a alguien que haya visto el hardware o el software.
El cono de silencio en torno al proyecto es, por lo que puedo decir, total. [1. La única fisura que me consta en el cono de silencio que protege el projecto del tablet en Apple son las reuniones que Apple ha mantenido con ejecutivos de la industria editorial. El modo en que funcionan estas reuniones, por lo que he podido averiguar, es el siguiente… Apple no muestra ningún hardware. No muestra ningún software. No muestran simulaciones o maquetas. Ni siquiera admiten que estén creando un nuevo dispositivo. Los representantes de Apple se limitan a decir algo parecido a “Si fuéramos a crear una nueva plataforma para libros/revistas/periódicos, ¿estaríais interesados en ofrecer vuestros contenidos para esta plataforma?”. Apple está cortejando a editores de libros y publicaciones periódicas, no albergo ninguna duda al respecto. Pero eso no quiere decir que Apple confíe lo suficiente en ninguno de ellos como para mostrarles o describirles con cierto detalle aquello en lo que están trabajando.]
La situación es extrañamente parecida a lo ocurrido durante las fechas previas al debut del iPhone original en Enero del 2007, incluyendo el hecho de que muchos de los ingenieros y equipos de desarrollo de software de Apple — como los que crearon las aplicaciones Mail, Calendario y Safari para el iPhone — han sido absorbidos por un agujero negro. El iPhone siguió siendo un secreto hasta que Steve Jobs lo sacó del bolsillo de sus vaqueros en el escenario durante la Macworld Expo. En resumidas cuentas, lo que escribo a continuación son mis conjeturas. Puro análisis, no una de esas aduladoras “predicciones” que escribo sabiendo perfectamente de antemano lo que va a ocurrir.
Tengo un millar de preguntas sobre el diseño del Tablet. ¿Qué tamaño tiene? Hay una gran diferencia entre, digamos, una pantalla de 7 pulgadas y otra de 10. ¿Cómo se teclea en él? ¿Usando todos los dedos, como con el teclado de un portátil? ¿O como con un iPhone, usando sólo los pulgares? Si puedes ver vídeo en él, ¿cómo lo sujetas, cogiéndolo con las manos? Dejarlo sobre la mesa se me antoja una opción totalmente equivocada, pero un “pie” plegable para sujetarlo, a modo de marco de fotos, parece algo torpe y poco elegante. Si es sólo un tablet con pantalla táctil, ¿cómo proteges la pantalla al transportarlo? Si de algún modo se pliega, ¿qué diferencia tiene entonces con un portátil — por qué no limitarse a poner un teclado en la parte que se repliega para proteger la pantalla? (Todos aquellos a los que conozco en Apple se refieren a él como “El Tablet”, pero por lo que sé, es sólo porque así es como lo llama todo el mundo, no porque nadie sepa fehacientemente que físicamente se trata de un tablet. Y casi con total seguridad, “El Tablet” no es el nombre del producto). Si es demasiado grande para caber en el bolsillo de un pantalón, ¿cómo se transporta? Y ya puestos, si cabe en el bolsillo del pantalón, ¿cuánto más grande que un iPod Touch es para justificar su existencia? Y podría seguir así.
Pero hay una pregunta por encima de todas cuya respuesta es la clave para responder a todas las demás preguntas. La pregunta es: si ya tienes un iPhone y un MacBook, ¿para qué querrías tener este producto?
El epígrafe que he empleado para comenzar el artículo — la parte en la que Steve Jobs exigía que un tablet sirva para algo más que para leer en el trono — indica que Apple no va a lanzar nada sin haber respondido antes a esa pregunta. Coincido en que esa respuesta es esencial.
Los nuevos aparatos tecnológicos siempre parecen ocupar un lugar claramente definido en el mercado, o bien sustituyen a otros dispositivos más antiguos. El Flip llenó un nicho de mercado que demandaba una cámara pequeña, barata y fácil de usar. ¿Por qué era mejor el iPod que los reproductores portátiles de música que ya existían? Cabía en el bolsillo, podía almacenar 1.000 canciones y además tenía un estupendo interfaz para encontrarlas con facilidad. ¿Por qué comprar un iPhone para sustituir a tu actual teléfono móvil? Porque había una clara demanda de un ordenador de bolsillo moderno.
Pero, ¿qué margen existe entre un iPhone (o iPod Touch) y un MacBook (u otro portátil que funcione con Windows, Linux o lo que sea)? ¿Qué argumento puede convencernos para tener los tres dispositivos?
“Lo usaría en el sofá y tumbado en la cama” no es una buena respuesta. Puedes usar el iPhone o el MacBook en el sofá y en la cama. Me parece una locura anunciar un dispositivo de varios cientos de dólares pensado para dejarlo sobre la mesita de noche.
“Va a acabar con el Kindle” no es una buena respuesta. Los que creen que Apple ha hecho un aparato especializado para leer libros electrónicos y noticias no piensan a lo grande. Por reticente que pueda parecer Steve Jobs hacia nuevos productos de Apple, cuando habla suele ser sorprendentemente revelador. David Pogue le preguntó sobre el Kindle hace unos cuantos meses:
Hace un par de años, antes del Kindle, el Sr. Jobs expresó sus dudas sobre que los lectores digitales estuvieran listos para su aparición en el mercado. Así que hoy le pregunté si había cambiado de opinión al respecto.
“Estoy seguro de que siempre habrá dispositivos especializados, y puede que tengan alguna ventaja al tener sólo una función”, dijo. “Pero creo que los dispositivos de uso múltiple acabarán triunfando. Porque creo que posiblemente la gente no estará dispuesta a pagar el precio de un dispositivo especializado”.
Afirmó que Apple no opina que los lectores digitales sean un gran mercado en el momento actual, y mencionó que, por ejemplo, Amazon.com nunca ha dicho cuántos Kindles vende. “Normalmente cuando vendes muchas unidades de un producto, se lo quieres hacer saber a todo el mundo”.
Por supuesto, estamos hablando del mismo Steve Jobs que en Enero del 2008 le dijo lo siguiente a John Markoff, del New York Times:
“No importa lo bueno o malo que sea el producto, la verdad es que la gente ya no lee”, aseguró. “El año pasado, el cuarenta por ciento de los estadounidenses leyeron un libro o menos. Todo el planteamiento es fallido porque la gente ya no lee”.
Sería razonable argumentar que el comentario de “la gente no lee”, tomado como tal, sugiere que Apple no está interesado en ese mercado, y punto.
Sin embargo, yo enmarcaría los dos comentarios de la siguiente forma: no hay suficiente gente que lea para que merezca la pena crear un dispositivo especializado que sea a la lectura lo que el iPod original fue a la música (todo el mundo escucha música). Pero la lectura de libros electrónicos como un solo aspecto de las varias funciones que puede hacer un dispositivo electrónico de uso general — bueno, eso ya es algo totalmente distinto.
El iPod previo al modelo Touch fue (y sigue siendo) un éxito enorme. Cambió la industria musical y rejuveneció a Apple. Pero era y sigue siendo un dispositivo especializado; originalmente se centraba únicamente en el audio, siendo hoy capaz de manejar vídeo.
El iPhone, por otra parte, fue concebido como una plataforma de uso general y como tal ha triunfado. No se presentó públicamente se esa forma, y tampoco lo presenta de esa forma la publicidad de Apple, pero si duda lo es. El iPhone fue descrito por Jobs en su presentación pública como tres dispositivos en uno: “un iPod de pantalla panorámica con controles táctiles, un teléfono móvil revolucionario, y un innovador dispositivo de conexión a internet”. Por tanto, estaba claro lo que la gente haría con el iPhone: ver vídeos, escuchar música, llamar por teléfono, navegar por la web, enviar correos electrónicos.
El modo en que Apple pudo crear un dispositivo que pudiera cumplir de forma creíble todas estas funciones diversas fue haciendo que fuera un ordenador de uso general con una mínima especificidad en el hardware y una máxima especificidad en el software. Y ahora, gracias al App Store y los desarrolladores independientes, puede hacer muchas más cosas: cumple un rango de funciones desde consola de juegos hasta dispositivo médico.
¿Qué pienso yo sobre el Tablet? ¿Que es un lector digital? ¿Un reproductor de vídeo? ¿Un navegador web? ¿Un lector de documentos? No es cuestión de elegir una de estas cosas, sino de sumarlas. Estoy seguro de que es todas estas cosas a la vez. Es un ordenador.
De modo que en respuesta a mi pregunta principal sobre por qué comprar el Tablet si ya tienes un iPhone y un MacBook, deduzco que en última instancia, el Tablet es algo que comprarías en lugar de un MacBook.
Apuesto a que están yendo a por todas — van a redefinir la experiencia del ordenador personal.
No será presentado así por Apple. Será definido por tres o cuatro de las principales aplicaciones que incluya. Pero, ¿qué ocurrirá a largo plazo, cómo cambiarán las cosas? Este producto será para el MacBook lo que el Macintosh fue para el Apple II.
No estoy vaticinando que Apple esté abandonando el Mac (más bien al contrario, he oído que se prevé lanzar Mac OS X 10.7 para desarrolladores en la WWDC en Junio). Como todos los productos de Apple, el Tablet hará menos de lo que se espera, pero lo que haga, lo hará increíblemente bien. Ofrecerá una fracción de la funcionalidad de un MacBook — pero esa fracción será mucho más divertida. Los mismos críticos cuasiautistas que restaron importancia al iPhone se centrarán en todo lo que el Tablet no puede hacer y declararán que Apple la ha cagado a base de bien. El resto de nosotros haremos cola para comprar uno.
El Mac es, y seguirá siendo, la solución de Apple para hacer cualquier tipo de cosas.
Afirmo que el Tablet va a ser la nueva solución de Apple para los que usan un ordenador portátil de uso general.
Dicho de otro modo, supongamos que en lugar de un MacBook y un iPhone tienes un iMac y un iPhone, pero también quieres un ordenador portátil para usar como ordenador secundario. Hoy día, ese portátil Apple es un MacBook. Con el Tablet tendrás la opción de comprar un dispositivo que se parecerá más al iPhone que al iMac en términos de concepto y el nivel de abstracción técnica.
El Mac original de 1984 no hizo desaparecer al ordenador — hizo al propio ordenador elegante, sencillo y fácil de entender. Muy poco quedaba oculto al usuario típico. Mac OS X es infinitamente más complejo desde un punto de vista técnico y conceptual, como exige la muy superior complejidad y capacidad del hardware actual. Pero Mac OS X siempre ha intentado estar en el plato y en las tajadas: una pátina de simplicidad que no cubre toda la superficie del sistema. El sistema de archivos accesible por el usuario es el principal ejemplo. En el Mac de 1984, todo el sistema de archivos era accesible, pero es que todo el sistema de archivos cabía en un disco flexible de 400 KB. En Mac OS X, la carpeta /System/Library/, una de las muchas secciones enrevesadas del sistema de archivos y que está accesible, contiene más de 90.000 elementos, ninguno de los cuales tendría por qué ser visto o manejado por un usuario típico.
El sistema operativo del iPhone ofrece una abstracción total en términos informáticos. Por dentro resulta tan complejo como Mac OS X. No obstante, en la superficie es incluso más sencillo y elegante que el Mac original. No hay a la vista ninguna complejidad técnica. La jerarquía se ha reducido al mínimo. El sistema de archivos se ha convertido en una tecnología para desarrolladores en lugar de algo pensado para el usuario (¿sabíais que el sistema de archivos del iPhone distingue entre minúsculas y mayúsculas?).
Pero, a pesar de que creo que el sistema operativo del Tablet será como el sistema operativo del iPhone, no creo que utilice el sistema operativo del iPhone. Forjado a partir del mismo núcleo de OS X sí, pero con un nuevo interfaz de usuario diseñado para adecuarse perfectamente al tamaño y forma del Tablet, sean cuales sean.
Una predicción muy habitual con la que no estoy de acuerdo es que el Tablet será simplemente más o menos un iPod Touch con una pantalla mucho más grande. Pero, de igual forma que no tenía sentido para Apple diseñar el sistema operativo del iPhone para que permitiera ejecutar software para Mac, tiene poco sentido que un dispositivo con una pantalla de 7 pulgadas (mucho menos si es mayor) ejecute software diseñado para una pantalla de 3,5 pulgadas.
El interfaz de usuario del sistema operativo del iPhone no se diseñó para lo abstracto. Todo él está orientado al su uso en el mundo real, y está diseñado en gran medida en función de las dimensiones físicas del dispositivo. El tamaño y la separación de las zonas que se pueden pulsar se diseñan teniendo presente el tamaño de los dedos humanos. Lo que es más importante, todo está diseñado para poder utilizarse con una sola mano. Incluso un adulto con manos relativamente pequeñas puede abarcar esquinas opuestas de la pantalla con el pulgar si sujeta el iPhone con una mano.
Las aplicaciones de Mac OS X no podrían ejecutarse en la pantalla del iPhone porque simplemente no cabrían, y las partes que cupieran contendrían botones y otros elementos del interfaz que serían demasiado pequeños para poder utilizarlos. Ejecutar software para el iPhone en una pantalla mucho mayor plantea el problema opuesto: no es que el interfaz de usuario no se pueda reescalar para opcupar toda la pantalla, es que hacerlo sería un desperdicio.
Una pantalla de 7 pulgadas no es el doble que la de un iPhone, es cuatro veces más grande en superficie total. Ni siquiera estoy seguro de que a Shaquille O’Neal le quepa en la mano un iPod de 7 pulgadas y pasar el pulgar de un extremo a otro de la pantalla. ¿Por qué iba Apple a redimensionar un interfaz de usuario diseñado para usarse con una sola mano en pantallas de 3,5 pulgadas, extendiéndolo para cubrir una pantalla de 7 pulgadas (o incluso mayor) que de ningún modo puede usarse con la mano que la sujete? Si Apple ha usado hardware con un tamaño que no permite el uso del sistema del iPhone con una sola mano, entonces creedme, han diseñado un nuevo modelo de interacción.
Apple no se dedica a crear sistemas operativos monolíticos que puedan meter en tantos y tan diversos dispositivos como sea posible. Apple se dedica a crear productos completos, para los que elaboran sistemas operativos derivados que se adecúen a cada producto. El núcleo del sistema operativo es común a todos. Sin embargo, el interfaz no lo es. [2. Dicho esto, no me sorprendería averiguar que el Tablet emplee UIKit, alias Cocoa Touch, como su API de desarrollo. No creo que las mismas aplicaciones puedan ejecutarse en su estado actual en ambos sistemas operativos, pero sí estoy convencido de que podrías usar las mismas APIs para escribir aplicaciones para ambas plataformas, o quizás la aplicaciones para el iPhone podrían ejecutarse como widgets que usen solamente parte de la pantalla de mayor tamaño del tablet.]
Si creéis que el Tablet no es más que un iPhone grande, o que sólo es un lector digital creado por Apple, o un reproductor de música y vídeo, o cualquier cosa con una sola función, creo que estaríais pensando en pequeño — el equivalente de pensar que el iPhone sólo iba a ser un iPod con rueda de clic que podría hacer llamadas telefónicas. Creo que el Tablet no es ni más ni menos que la reformulación del ordenador personal, de la mano de Apple.
“No hagas pequeños planes. Carecen de la magia necesaria para agitar la sangre de los hombres y posiblemente acabarán sin cumplirse. Haz grandes planes; apunta alto, ten fe y trabaja, recordando que un diagrama noble y lógico, una vez que ha quedado registrado nunca morirá, pero mucho después de que hayamos desaparecido se convertirá en algo vivo, reafirmándose a sí mismo con creciente insistencia. Recuerda que nuestros hijos y nietos llegarán a hacer cosas que nos sorprenderían. Que tu lema sea el orden y tu guía la belleza. Piensa a lo grande”.
—DANIEL BURNHAM, ARQUITECTO DE CHICAGO. (1864-1912)