Scott Horton:
Otros modos de enfocar estos mismos asuntos los sugiere el modelo británico. Tras años de abusos en las comisarías de policía durante los “problemas” en Irlanda del Norte — abusos que produjeron confesiones forzosas en decenas de casos, muchas de las cuales acabaron siendo desestimadas tras embarazosas revelaciones — el gobierno británico conservador de Margaret Thatcher introdujo una serie de cambios en la Police and Criminal Evidence Act (ley policial y de pruebas criminales) de 1984, que rigen la detención, el registro y el interrogatorio de sospechosos. Entre estos cambios se incluía la importante exigencia de que se realizara una grabación sonora de todas las sesiones de interrogatorio. Con la proliferación de la tecnología de grabación de alta calidad, esta capacidad es ya casi omnipresente, y sería de gran ayuda a la hora de establecer un registro definitivo de las sesiones de interrogatorio, que eliminaría casi todas las dudas sobre lo que se dijo y sobre si un testigo fue coaccionado de forma indebida o no.