Durante los últimos meses he notado una molesta tendencia en varios sitios web, por lo general los sitios de periódicos y revistas importantes, pero también en algunos weblogs. Lo que ocurre es que, al seleccionar texto de estas páginas web, el sitio emplea JavaScript para comunicar a un servidor de análisis de datos lo que has copiado y añadir una URL de atribución al texto. Así, por ejemplo, si yo usara este “servicio” aquí en Daring Fireball, y seleccionarais la primera frase de este artículo, la copiarais y después os fuerais a otra aplicación para pegar el texto que acabáis de copiar, en lugar de pegar únicamente la frase que habéis seleccionado y que pensabais copiar, os saldría lo siguiente:
Durante los últimos meses he notado una molesta tendencia en varios sitios web, por lo general los sitios de periódicos y revistas importantes, pero también en algunos weblogs. ?
Para leer más:
http://daringfireball.es/2010/05/28/tynt-capullos-copia-pega/#ixzz0oyLiD4Qh
Básicamente, tres renglones en blanco seguidos de “Para leer más:”, a continuación la URL desde la que se copió el texto, y por último un código de identificación usado para rastreo.
Entre los sitios web que he visto que usan esto está TechCrunch (ejemplo) y The New Yorker (ejemplo). Este sinsentido logrado mediante JavaScript tiene lugar con la mayoría del texto copiado del sitio web — ya estés copiando el artículo entero, un párrafo, o una frase.
Al seleccionar fragmentos de una frase, el comportamiento cambia de un sitio web a otro. En la web del New Yorker, copiar hasta siete palabras de un artículo funciona de forma normal — ninguna URL de atribución se añade a lo copiado. Eso sí, si copias ocho palabras o más te ponen la coletilla de la atribución. En TechCrunch, la coletilla de la atribución de igual modo funciona sólo al seleccionar ocho palabras o más. No obstante, en TechCrunch, si la selección sólo tiene entre una y tres palabras, al invocar el comando Copiar (ya sea con el atajo de teclado o desde el menú Edición), se muestra una caja flotante con resultados de búsqueda para el texto seleccionado que aparece sobre los contenidos del propio artículo. De locos.
Todas estas estupideces — el texto de atribución que se añade al texto copiado, las cajas flotantes con resultados de búsqueda — vienen de una empresa llamada Tynt, que se anuncia como “The copy/paste company” (la empresa del copia/pega).
No es más que un montón de gilipolleces SEO hostiles para el usuario.
Todos saben cómo funciona el copiar y pegar. Seleccionas texto. Lo copias. Cuando lo pegas, lo que aparece es exactamente lo que habías seleccionado. El producto estrella de “la empresa del copiar & pegar” es un servicio que estropea la función de copiar y pegar.
El argumento que Tynt plantea a los editores es que sus juegos sucios con el portapapeles permiten a los editores restrear dónde se está usando textos copiados desde su sitio web, suponiendo que quien sea que esté pegando el texto deje intacta la URL de atribución insertada por Tynt, con su ininteligible código de rastreo. En mi opinión es una suposición muy dudosa. ¿Quién no va a borrar el texto de atribución al pegar un fragmento de texto y encontrarse con algo que no estaba ahí (además de preguntarse de qué modo ha aparecido ahí)?
Por supuesto no se añade esta coletilla para ayudar a la persona que está copiando y pegando algo. La persona que copia el texto ya sabe de dónde viene.
Si repasáis la lista de webs que son clientes de Tynt, veréis que la mayoría de ellos son periódicos y editoriales tradicionales. No es ninguna sorpresa que algunas de estas publicaciones estuvieran de acuerdo con algo tan nefasto — no tienen respeto por sus sitios web ni por sus lectores. Es sorprendente, o al menos a mí me lo parece, que una revista de la categoría del New Yorker accediera a hacer algo así, y resulta aún más sorprendente que un weblog como TechCrunch hiciera lo mismo.
Ahora bien, la naturaleza de mi trabajo como autor de Daring Fireball implica copiar y pegar muchos fragmentos de texto de sitios web a diario. Así que esta cosa de Tynt posiblemente me molesta más (o al menos de forma más frecuente) que a la mayoría de la gente. Pero TechCrunch es un weblog que con frecuencia cita fragmentos de otros sitios web. Ha puesto en práctica un sistema que seguro que ellos mismos encuentran molesto.
Supongo que Tynt tiene pensado acabar por incluir anuncios en el texto copiado, pero por lo que he visto de momento no lo están haciendo. No se me ocurre qué creerá TechCrunch o el New Yorker que están logrando con este servicio. EStán echando por tierra la buena fe de sus lectores a cambio de una URL de rastreo de Tynt que la mayor parte de la gente, estoy seguro, borrará en cuanto la vea después de pegar el texto. E incluso si llega a funcionar — sí un gran número de gente deja las URLs de rastreo de Tynt tal cual después de pegar el texto — la idea de que los sitios web rastreen lo que los usuarios copian desde sus páginas da cosa.
Sea cual sea su justificación para usar Tynt, apuesto a que implica la repetición de la expresión “estrategia de negocio”. Lo único que en realidad hacen es molestar a sus lectores. Sus sitos web son suyos, pero nuestros portapapeles son nuestros. Tynt es intrusivo, molesto e irrespetuoso. Me cuesta creer que haya que decirles esto a ciertos sitios webs.
Si usáis Chrome, podéis instalar esta extensión para bloquear Tynt, que hace justamente lo que dice su nombre. Eso sí, os aparece un cuadro de diálogo cada vez que dáis con un nuevo sitio que usa Tynt (aunque sólo aparece una vez para cada sitio web).
Lo que yo he hecho ha sido editar mi archivo /etc/hosts para bloquear el acceso en todo el sistema al servidor tcr.tynt.com. Este es el servidor desde el que se envía el código JavaScript de Tynt a todos sus “socios”.
Realizar cambios al archivo de servidores requiere privilegios de administrador, por razones obvias. Si no os sentís muy a gusto realizando cambios a un archivo esencial de configuración de Unix, no lo hagáis. Este artículo publicado por Gina Trapani en Lifehacker explica muy bien cómo encontrar y editar el archivo de servidores en Mac OS X o en Windows. (BBEdit y su homólogo gratuito TextWrangler son mis herramientas preferidas para editar texto, y ambas permiten guardar archivos con privilegios de administrador).
Esta es la línea que añadí al final de mi archivo hosts:
127.0.0.1 tcr.tynt.com
Tras salvar el archivo de servidores, la porquería de código de Tynt que manipula el portapapeles queda deshabilitado en todos los sitios web que usan Tynt que he encontrado, da igual qué navegador use.