Un tribunal dictamina que el presidente Bush incumplió las leyes de escuchas telefónicas con sus escuchas realizadas sin orden judicial

¿Recordáis cuando este imbécil era el presidente?

Si no habéis seguido la disputa por la ilegalidad de las escuchas efectuadas sin órdenes judiciales, este caso, en el que participan abogados que colaboran con la Fundación Islámica Al-Haramain, es tremendamente importante. Cuando se hizo público que el gobierno Bush estaba realizando escuchas telefónicas sin una orden judicial, se presentaron demandas — pero el “problema” era que las entidades (como la American Civil Liberties Union) que presentaron dichas demandas carecían de “base” porque no tenían pruebas de que ellas, directamente, fueran perjudicadas por las escuchas no autorizadas por un juez. Esto creó una situación ridícula sin solución posible. Mientras el gobierno ocultara sus actividades ilegales y nunca confesara a quién había espiado, podía seguir espiando de forma ilegal a cualquiera. Nadie podría llevar a término una demanda, ya que no había pruebas de que hubieran resultado perjudicados por el espionaje ilegal.

Entonces los federales la cagaron. Accidentalmente enviaron las pruebas de que habían realizado escuchas a varios abogados de la organización Al-Haramain a esos mismos abogados.