El Tablet original

Me gustó mucho el seguimiento diario que Paul Thurrott hizo del CES durante la semana pasada. Una gran feria como esa es difícil de captar en prosa, y Thurrott lo consiguió.

Aunque me hizo reír este artículo que abría su seguimiento del CES, “¡Exclusiva! ¡Microsoft presentará un Tablet PC antes que Apple!”:

La industria tecnológica se atropella para promocionar el dispositvo Tablet o no Tablet de Apple, pero Microsoft lo tiene todo controlado: me encuentro en la posición de revelar que Microsoft y sus socios fabricantes de PCs presentarán y venderán su propio Tablet PC antes que Apple. Y tengo una foto exclusiva de un prototipo de este producto increíble que marcará tendencias…

… una foto de 2001. Los dispositivos en sí se empezaron a vender en 2002. Hace casi ocho años.

El chiste está en que la iniciativa de Microsoft de crear los Tablet PCs es el ancestro de lo que sea que Apple parece a punto de desvelar, y Microsoft no está siendo reconocida por su labor pionera. Resulta divertido de dos formas distintas. En primer lugar, por muy mal encaminado que esté todo el entusiasmo previo a la presentación del tablet de Apple, no he visto a nadie que defienda que los ordenadores de tipo tablet no existen aún. La excitación no va de que Apple posiblemente vaya a presentar el primer ordenador tipo tablet; va de que Apple posiblemente va a presentar el primero que sea realmente bueno. Me imagino a Thurrott como crítico de cine en 1968, irritado por todo el entusiasmo generado por la película de Kubrick 2001: Una Odisea del Espacio simplemente porque Ed Wood ya hizo Plan 9 From Outer Space nueve años antes.

En segundo lugar, incluso si lo único que te importa es quién fue el primero, ¿el mérito no debería ser de Apple, por el Newton MessagePad que se puso a la venta en 1993?

Pensar en el Newton me hizo pensar. Resulta fascinante compararlo con el iPhone y con lo que sea que Apple va a presentar. Inutyo que la mayoría de los que leéis esto nunca habéis usado, y mucho menos poseído, un Newton, lo que es una auténtica pena. Fueron unos dispositivos realmente excepcionales e innovadores.

Los interfaces humanos de nuestros ordenadores “de sobremesa” básicamente han sido los mismos desde 1984 — teclado y ratón/trackpad para la entrada de datos, ventanas móviles, reescalables y reordenables en pantalla, y un sistema de archivos jerárquico en el que el usuaario crea y administra “documentos”. ¿Alguna vez os habéis parado a pensar, preguntándoos cuándo se deshará la industria informática de estos interfaces actuales — que pueden ser un engorro incluso para los expertos, y un lío (por ejemplo, clic frente a doble clic) para los no expertos? Seguramente nadie espera que los interfaces de ordenador que haya dentro de, digamos, 50 años estén basados en estas mismas metáforas y métodos de entrada. ¿Cuál es el siguiente paso?

El Newton fue la primera respuesta de Apple a esa pregunta. El Newton empleaba nuevas metáforas de interacción, y en muchos sentidos, mejores abstracciones que las del Mac. Casi damos por sentado con muchas aplicaciones actuales (incluyendo las aplicaciones web de calidad) que no hay que guardar los cambios de forma explícita, y que no hay que dar un nombre único a cada cosa nueva que crees y guardarla en un directorio concreto. El Newton ya era distinto en 1993, en todos sus aspectos. Incluso “Newton” era un nombre genial. Los Newtons siempre fueron menos que los Macs en términos de rendimiento y capacidades de software (ni siquiera llegó a haber nunca un Newton con una pantalla a color), pero en el punto álgido de la locura por los Newton, que llegó al culmen cuando el aspecto técnico del Mac alcanzó su punto más bajo, uno podía entrecerrar los ojos y atisbar un futuro en el que los paradigmas del interfaz del Newton serían la base de los futuros ordenadores de Apple (y después, inevitablemente, de todos los demás). No el Newton tal como era, sino el Newton como podría haber sido pasado un tiempo.

Muchas veces me he preguntado por qué fracasó el Newton. Creo que desafía cualquier explicación sencilla. Sus problemas y limitaciones eran muchos y variados — fue una confluencia de factores lo que provocó que nunca llegara a despegar de verdad. Al final, toda la gama Newton fue eliminada por Steve Jobs cuando volvió a estar al mando de Apple. Yo, como otros muchos, planteé que el Newton aún podría haberse salvado. Desde luego nunca triunfó, pero tampoco fue un fracaso total. Y el éxito de Palm en los 90 demostró que existía un mercado para estos dispositivos.

Sin embargo, planteo que no había posibilidad de salvar el Newton con Steve Jobs. El dispositivo fue creado durante el exilio de Jobs lejos de Apple. Incluso me atrevería a decir que el Newton fue el arquetipo de lo que era Apple sin Jobs, tanto de lo bueno como de lo malo. Aquella Apple era definitivamente distinta de muchas maneras a la nueva Apple de Jobs. No veo a Jobs como una especie de Midas que convierta en oro todo lo que toca. Su don está en dirigir la creación de productos tecnológicos desde su concepción, no en coger un producto creado por otra gente y hacer que sea bueno. Algunos devotos usuarios de Newton vieron un deseo de hacer daño en la decisión de Jobs de eliminar el producto — ya que Newton había sido la creación de John Sculley — pero creo que era algo más básico aún: sinceramente no le gustaba. Nada bueno sale de los productos de Apple que no le gustan a Jobs.

Qué hizo fracasar al Newton

Los MessagePads eran pequeños comparados con portátiles (especialmente con los portátiles de mediados de los 90), pero no eran de tamaño bolsillo. Los Palm Pilots sí. Un Newton solía costar entre 800 y 900 dólares. Los Palm Pilots costaban entre 300 y 400. El precio por sí solo no hundió al Newton — muchos dispositivos que han triunfado cuestan mucho más. El problema era que resultaba difícil justificar de forma sencilla el alto precio del Newton.

EL Palm Pilot original no se puso a la venta hasta 1996, tres años después del Newton original. Por tanto, no fue la competición directa con el Palm Pilot lo que condenó al Newton desde el principio. Pero el éxito del Palm Pilot muestra la dirección que Apple debió seguir tras el debut del Newton en 1993: más pequeño y más barato. En lugar de eso, lo mantuvieron con el mismo tamaño y precio, y mejoraron sus funciones y su rendimiento. Si Apple hubiera puesto a la venta un dispositivo con el sistema operativo del Newton y el tamaño de un Palm Pilot por unos 400 dólares en 1995, el mundo podría ser un lugar muy distinto hoy. (Si el Newton hubiera sido un éxito, Apple no habría estado en una situación tan precaria en 1996, y podría no haber comprado NeXT, en cuyo caso Jobs nunca habría vuelto a la empresa).

Creo que está bien que la versión 1.0 de un producto se adelante a su tiempo, que sea demasiado ambiciosa. El truco está en no adelantarse demasiado, y lo que es más importante, que los productos que vengan después sean más prácticos. El Newton mejoraba año tras año, pero no de la forma correcta. No dejaba de crecer en ambición. Comparadlo con el iPhone. Los cambios del iPhone original al 3GS actual han sido paulatinos y se han centrado en temas prácticos: rendimiento, capacidad de almacenamiento, y precio. Refinarlo en vez de atiborrarlo de funciones nuevas.

El Newton fue un concepto creado antes de Internet que se estrenó al comienzo de la revolución de Internet. Todos los ordenadores modernos se consideran hoy dispositivos de comunicación. El Newton no se diseñó con eso en mente. No digo que Apple debería haber inventado de algún modo el Wi-Fi en 1993, sino más bien que la ausencia de cualquier tipo de redes inalámbricas en la época fue el principal factor que impidió que el concepto interesara lo suficiente a la gente como para convertirlo en un éxito. El Palm Pilot tampoco era un dispositivo pensado para Internet cuando salío, pero tampoco tenía por qué serlo, pues tenía un precio menor.

El Newton tenía una tecnología increíble. Pero hay una gran diferencia entre algo que funciona bien y algo que es sorprendente por el mero hecho de que funcione. El recuerdo básico que todos tienen del Newton es su reconocimiento de escritura defectuoso, del que se rieron tanto Los Simpsons como Doonesbury. Pero el sistema del Newton de reconocimiento de escritura de letras de imprenta o con caracteres individuales en seguida mejoró muchísimo. Tuve un MessagePad 130, y más tarde un Handspring Visor con Palm OS. El reconocimiento de caracteres de molde en mi MessagePad era tan bueno como el sistema de reconocimiento Graffiti de mi Visor — sin necesidad de aprender un nuevo sistema de escritura. Lo que nunca funcionó del todo bien en el Newton era el reconocimiento de escritura cursiva o conexa. Resulta sorprendente que funcionara siquiera, y estoy seguro de que Apple trabajó mucho en el sistema. Pero no era lo suficientemente bueno para que la gente lo usara, y aún así lo incluyeron. Creo el reconocimiento de escritura del Newton habría tenido una mejor reputación con la escritura manual si hubiera hecho menos cosas, aceptando únicamente escritura de letras de imprenta.

Uno de los rasgos clave de Apple bajo el mando de Jobs es que normalmente sólo incluyen características que funcionan a la perfección, aunque eso deje fuera a muchas otras funcionalidades. (Prueba A: el sistema de copiar y pegar en iPhone OS).

El diseño del iPhone está supeditado a lo práctico. ¿Qué se supone que alguien hará con un iPhone o iPod Touch? Mirad la parte inferior de la pantalla de inicio, en el dock: llamadas telefónicas, correo electrónico, navegación por Internet, películas y música. Eso es para lo que uno utiliza el iPhone. Son cosas que gustan y entretienen a la gente.

¿Qué se podía hacer con un Newton? Notas, calendarios, contactos. Todas las funciones principales del Newton son funciones meramente secundarias en el iPhone. Peor aún, la sincronización con el Newton no era buena. La falta de un buen sistema de sincronización tenía el curioso efecto de limitar al Newton al papel de un bloc de notas/organizador — una isla en sí mismo, el lugar de actuar como cliente para datos almacenados en otro lugar. No ocurría lo mismo con el Palm Pilot (especialmente en Windows, para el que el software de sincronización de Palm era mucho mejor). La relación de un Palm Pilot con tu ordenador era totalmente transparente — era un dispositivo de tamaño bolsillo que se sincronizaba como un periférico con tu ordenador. La relación de un Newton con tu Mac o PC era algo nebulosa. Y era portátil, pero desde luego no se podía llevar en el bolsillo.

Hace mucho tiempo que albergo esta teoría de que, por puro atrevimiento, el equipo de Apple que creó el Newton diseñó a propósito el Newton más como un sistema independiente que como un periférico para Macs y PCs — de manera muy parecida a como el Mac original no tenía compatibilidad (o incluso parecido) con el Apple II, por aquel entonces tremendamente popular. El Newton fue el “nuevo bombazo” de Apple y no querían que se viera como un dispositivo satélite subordinado a un Mac o un PC con Windows. Tal atrevimiento no es necesariamente erróneo ni tiene por qué conducir al desastre por sí mismo. Le sirvió al Macintosh, por ejemplo. Pero es arriesgado — apostaron a lo grande, pusieron toda la carne en el asador, y lo perdieron todo.

Resulta llamativo que “demasiado grande” y “demasiado caro” fueran las principales objeciones contra el Newton, y aquí nos enfrentamos a la llegada del mítico Tablet que, según el Wall Street Journal, tiene una pantalla de 10 pulgadas de diagonal y costará alrededor de 1.000 dólares. Pero yo digo que el Newton no era demasiado grande y demasiado caro, y punto — diría que era demasiado grande y demasiado caro teniendo en cuenta lo que ofrecía. Por eso Palm tuvo éxito donde el Newton no pudo. Apple quiso crear un “ordenador tipo tablet” pero éste no tenía más que las funciones de un periférico de mano.

La diferencia entre éxito y fracaso casi nunca la determina un único factor. Es el equilibrio entre muchos factores. Los sacrificios. Palm eligió mucho mejor las cosas que sacrificó en el Pilot que las que Apple sacrificó con el Newton.

A día de hoy, sin embargo, ninguna otra empresa sabe qué sacrificios hay que hacer mejor que Apple. Y sin duda nadie puede discutir que Apple, hoy en día, no entiende las diferencias entre algo portable y algo que se puede llevar en el bolsillo.