Con toda esta historia de que Apple ha retirado y prohibido del orden de 5.000 “aplicaciones sexis” del App Store, creo que he adivinado por qué lo han hecho, incluida la razón de que concedan excepciones a marcas conocidas como Sports Illustrated, Playboy y Victoria’s Secret. Se trata de imagen de marca. Permitidme que deje claro desde el principio que no estoy de acuerdo con que hagan esto ni me gusta cómo lo están llevando a cabo. Únicamente intento verle el sentido.
Sin embargo, es más fácil repasar sobre qué no trata esto.
He visto gran cantidad de especulaciones que afirman que las excepciones mencionadas se han concedido por razones monetarias. Esto es, que Apple quería prohibir las aplicaciones sexis pero perdonó a aquellas publicadas por grandes marcas porque no quieren perder su 30 por ciento del dinero que generan estas aplicaciones. Pero esta tesis no se sostiene — muchas de las aplicaciones que han sido prohibidas estaban entre las más vendidas, ya sean de marcas conocidas o no. Si se tratara de dinero, Apple las habría dejado todas en la tienda.
Henry Blodget especula que las excepciones concedidas a las marcas conocidas vienen motivadas por el deseo de llegar a acuerdos para la publicación de aplicaciones para el iPad por parte de estas compañías. Pero tal cosa no es sino una variación del argumento “es por dinero”. De nuevo, si el interés de Apple hubiera sido el dinero, no prohibirían ninguna de estas aplicaciones. Apple no va a echar en falta aplicaciones y contenidos para el iPad. En todo caso, sospecho que el problema con las aplicaciones para el iPad será el mismo que con las del iPhone — exceso de ellas, no falta. [1. El punto de vista cínico sobre estas excepciones, si no os tragáis mi argumento de la imagen de marca, es que Apple podría haber decidido no meterse con estas empresas, que cuentan con enormes y hábiles departamentos legales. ]
Otra teoría relacionada con el iPad — sugerida por varios lectores de DF a través del correo electrónico — es que el motivo es el mercado educativo. La idea es que Apple quiere vender iPads a centros educativos y por tanto quiere que cualquier cosa que sea remotamente cuestionable desaparezca del App Store. Pero los iPdas vendidos a instituciones serán dispositivos gestionados, al igual que ocurre hoy con los iPhones “de empresa”. Los estudiantes que usen un iPad propiedad de su centro educativo no podrán instalar aplicaciones del App Store, así que en realidad no importa qué aplicaciones estén a la venta.
Por último, si pensamos en ello, es evidente que no se trata de desterrar por completo la pornografía total o parcial del iPhone. MG Siegler escribe:
Apple se está tomando todas estas molestias para eliminar estas aplicaciones, y generando más trabajo a la hora de buscar las próximas aplicaciones sexis que rechazar, cuando incluido en cada iPhone y iPod hay no uno, sino dos enormes puntos de acceso a materiales explícitos — y los dos son aplicaciones creadas por la propia Apple. La primera de ellas la he mencionado más arriba: iTunes. No faltan películas ni programas de televisión con desnudos y contenidos sexuales (junto a violencia y todo tipo de cosas) disponibles en iTunes para comprarlos directamente en el dispositivo. Lo mismo es cierto para la música explícita.
Pero la segunda aplicación es aún peor : Safari. Cada iPhone y iPod Touch tiene un navegador web que es más que capaz de acceder a cualquier sitio existente en la web con unas cuantas pulsaciones. Esto incluye sitios web con pornografía dura, o cualquier otra cosa que un adolescente pueda imaginar. Apple se está tomando todas estas molestias para bloquear las aplicaciones sexis (que, por cierto, nunca han contenido desnudos, sino imágenes sexis), cuando ofrecen su propia aplicación que facilita mucho más encontrar contenidos mucho más siniestros.
Siegler tiene razón en que MobileSafari está totalmente abierto a cualquier cosa publicada en la web. Pero ha sacado la conclusión equivocada. Apple no está intentando eliminar este tipo de contenidos del iPhone de manera fútil. Lo están quitando del App Store. Pensad en una analogía real a las tiendas Apple Store. Hay todo tipo de software (y hardware) que se puede comprar el instalar en Macs que Apple jamás vendería en sus tiendas.
La representación más pura de la marca Apple es la propia y notablemente reducida (para una empresa de su tamaño) gama de productos. Las Apple Stores (y la tienda de Apple en la web) son una representación ligeramente ampliada de su marca — venden muchos productos de terceros, pero los selecciona cuidadosamente Apple.
El App Store está más abierto. La amplia mayoría de los más de 150.000 títulos disponibles no estarían ahí si Apple gestionara el App Store igual que hacen con sus tiendas de venta al público. Es bueno que está más abierto. Casi no tiene más remedio que ser así (resulta bastante difícil dar con gente que se queje de que Apple permite la publicación de demasiados títulos en el App Store).
Pero aún así, Apple ve el App Store como una extensión de la marca Apple. Por eso es por lo que contenidos totalmente pornográficos nunca se han permitido y nunca se permitirán. Uno puede entrar en una tienda de Barnes and Noble y comprar un ejemplar de Maxim, pero no encontrarás un Hustler. No porque Hustler no se vaya a vender, sino porque vender pornografía va en contra de la marca Barnes and Noble.
Creo que lo que causaba incomodidad a Apple no eran las propias aplicaciones sexis, sino la cutrez que las aplicaciones sexis (y su gran presencia en las listas de las aplicaciones más vendidas) representaban en el aspecto y el ambiente general del App Store. Una cosa de la que no me di cuenta antes de la decisión de Apple era el grado en que estas aplicaciones se estaban colando en varias categorías no relacionadas con el entretenimiento. Por ejemplo, casi las mitad de las aplicaciones “nuevas” en la categoría “productividad” mostraban fotos de mujeres en bikini con grandes pechos.
El App Store nunca va a ser como las tiendas físicas de Apple, y Apple lo sabe. Las tiendas físicas de Apple, en lo referente a la imagen de marca, transmiten una imagen más o menos entre la de Gap y la de Banana Republic — amigable y de alta calidad. El App Store es más como Old Navy, o quizá incluso como Target. Pero estas aplicaciones sexis estaban convirtiendo al App Store en algo más cutre, rozando el mal gusto.
Lo que los usuarios de iPhone deciden ver con MobileSafari no se ve reflejado en Apple. Pero lo que aparece ene l App Store sí se refleja en Apple. Lo que uno ve al repasar el App Store se convierte en lo que es el App Store.
Así que lo que veo como hipocresía en la decisión de Apple sobre el tema no tiene que ver con el hecho de que se puede acceder a los mismos contenidos a través de MobileSafari, sino más bien sobre las excepciones hechas con Sports Illustrated, etc. Puedo entender el porqué: Sports Illustrated, Victoria’s Secret y Playboy no son sólo grandes marcas, sino marcas de calidad. Pero ¿quién tiene el derecho a decir que una nueva marca no puede ser igual de buena? Las mejores aplicaciones en todo tipo de categorías del App Store suelen ser de empresas nuevas que forjan nuevas marcas. Que la categoría “tías buenas en bikini” sea ocupada únicamente por grandes marcas establecidas como Sports Illustrated/Victoria’s Secret/Playboy es igual de injusto que, por ejemplo, que la categoría de retoque fotográfico solamente esté ocupada por Adobe y Corel, o que sólo se permita la publicación de juegos a empresas como EA.
Si Apple va a permitir cualquier aplicación de este tipo, debería permitirlas todas. Deberían ser evaluadas según su contenidos, no en función de la marca que las publica. Si Apple no quiere que estas aplicaciones aparezcan en las listas de las más vendidas en varias categorías del Appl Store, deberían asignarlas todas a una misma categoría (tareas difícil: dar con un nombre para esta nueva categoría).
Lo otro que me molesta, y que debería molestar a Apple, lo obviamente caprichoso de la retirada de estas aplicaciones. Estas aplicaciones se han permitido durante un año y medio. Algunos desarrolladores estaban ganándose la vida con ellas. Y de repente, bum, habían desaparecido. El motivo por el que a Apple debería preocuparle esto es que así ponen nerviosos a todos los desarrolladores — incluso aquellos cuyas aplicaciones e ideas para futuras aplicaciones no tienen nada que ver con chicas en bikini. Lo que los desarrolladores ven aquí no es a Apple gestionando su propia marca. Lo que los desarrolladores ven es que el App Store es un cimiento muy débil sobre el que asentar un negocio. Un día estás prosperando, y al siguiente tu aplicación ha desaparecido. Hay aplicaciones alucinantes para iPhone OS que no se están creando porque los desarrolladores no se fían de que Apple no les vaya a poner la zancadilla.
Apple ve el App Store como un aspecto de su marca. Los desarrolladores ven el App Store como la totalidad de la plataforma Cocoa Touch. Es un imporatante conflicto. Los desarrolladores, si se les rechaza en el App Store, pueden proporcionar el contenido que les plazca a través de MobileSafari — pero no se pueden reutilizar aplicaciones compiladas con Cocoa Touch de esa forma. El trabajo invertido en una aplicación nativa sólo puede ser amortizado a través del App Store.
Hace falta iniciativa para arriesgarse a lanzarse al mercado. Es sano escepticismo preocuparse por que a uno lo saquen del mercado tras haber realizado una fuerte inversión para crear un producto.