Tim Bray comenta su incorporación a Google como “defensor de los programadores”, concretamente sobre lo que disfruta la competencia entre Android y el iPhone:
La visión del iPhone del futuro del Internet móvil omite los contenidos polémicos, el sexo, y la libertad, pero sin embargo incluye límites estrictos sobre quién puede saber o decir qué cosa. Es un jardín vallado estéril, a imagen de Disney y rodeado por abogados de dientes afilados. Las personas que crean las aplicaciones sirven a expensas del amo del terreno y temen su ira.
Lo odio.
Esta es, sin duda, la diferencia primordial entre Android y el iPhone: el férreo control de Apple sobre las aplicaciones nativas. Aún así, creo que es incorrecto decir que esa es “la visión que Apple tiene del futuro del Internet móvil”. Las aplicaciones nativas non son Internet.
Más adelante, Bray escribe:
Voy a tener que convertirme en un experto sobre las aplicaciones basadas en HTML5, porque mucha gente inteligente cree que el futuro está ahí, que el concepto de “aplicación nativa” pronto parecerá anticuado.
Lo que resulta interesante de esto es que el iPhone es un mejor sistema para las aplicaciones móviles basadas en HTML5 que Android. A pesar de toda la atención que Apple recibe por el estricto control que mantiene sobre las aplicaciones nativas para el iPhone, creo que lo que han hecho para posibilitar la existencia de aplicaciones móviles basadas en web — libres del control de Apple — y parecidas a las aplicaciones nativas queda mayormente ignorado.