Una pregunta seria: todo el mundo supo que estos teléfonos Kin eran una mierda desde el momento que se filtró la noticia de su existencia. No resultaban atractivos y suponían una distracción de Windows Phone 7, el “verdadero” intento de Microsoft de volver a meterse en el juego. Microsoft está lleno de gente inteligente; apuesto a que la mayoría de la gente que trabaja en Microsoft sabía que estos engrendros estaban condenados a morir. Así que, ¿cómo llegaron a ver la luz del día?
Mi respuesta: Steve Ballmer no tiene gusto, por tanto no hay ningún plan, por lo que los gerentes intermedios campan a sus anchas y desperdician cientos de millones de dólares y años de trabajo en proyectos como el Kin.