Todas fueron tomadas con mi iPhone 4, por entonces nuevecito, antes de que se añadiera la funcionalidad de fotos HDR en iOS 4.1. No me llevé ninguna otra cámara para este viaje — se me ocurrió que sería una buena prueba de la cámara del iPhone 4. Sí que las procesé con Lightroom, pero no les dediqué más tiempo del habitual para cualquier otra foto. Para comparar los resultados, aquí podéis ver la versión sin procesar de mi fotografía favorita de la serie, (a) reescalada a 1371?×?1024 (465 KB); y (b) totalmente inalterada, directamente sacada de la cámara (2.2 MB).
Me sigue encantando y sigo usando mi Ricoh GR-D compacta que tengo desde hace tres años, y la cámara del iPhone 4 no es demasiado buena (comparada con mi Ricoh, por ejemplo) en condiciones de poca luz, pero con una cámara tan buen integrada en el teléfono, cuesta justificar la compra de una nueva cámara compacta.