VintageZen:
En primer lugar, si el iPhone de gama baja saliera a la venta sin contrato por entre 200 y 300 dólares, estaría en el mismo rango de precios que el iPod Touch, y atraería a los mismos compradores. Sin embargo, podría atraer a más compradores por el hecho de que también puede usarse como un teléfono con solo ponerle una tarjeta SIM. Sería un dispositivo de ensueño para mucha gente que solo quiere usar planes prepago y no quieren meterse en un contrato de 2 años. Posiblemente Apple también tiene suficiente poder para crear una opción de plan de datos, parecido al del iPad 3G, de modo que simplemente compres unos cuantos meses de datos para el iPhone sin tener siquiera un plan de voz. Podría ser básicamente el iPod 3G, con la ventaja añadida de que puedes convertirlo en un iPhone en todos los sentidos si lo deseas.
Coincido con esta lógica. Tiene mucho sentido para Apple. Una gama de productos más sencilla. Incluso sería bueno para las cifras de “cuota de mercado de smartphones” —los iPod Touch son como materia oscura en estadísticas que solo tienen en cuenta los “teléfonos”. Además, no recuerdo haber visto (ni escuchar de forma confidencial) rumores sobre un nuevo iPod Touch para este otoño. El único inconveniente que se me ocurre es que los iPod Touch son mucho más finos que cualquier iPhone lanzado hasta la fecha.
Eso sí, no creo que ningún operador estadounidense esté dispuesto a ofrecer un plan solo de datos. Estoy seguro de que sería popular, pero los operadores de telefonía móvil no son tontos. Si siguen por ese camino se les acaba su modelo de negocio de vender tiempo de llamadas de voz.
Computerworld:
No dijo si los tablets seguirían vendiéndose a un precio drásticamente rebajado o si también se venderían a través de minoristas.
¿Qué sentido tendría? No lo entiendo.
Helen Pidd escribe para The Guardian:
Ahora, mientras Francia y España consideran introducir un impuesto sobre la riqueza, un grupo de 50 alemanes ricos se han sumado al movimiento “súbanme los impuestos” renovando su petición pública a Angela Merkel para que “impida que aumente la brecha entre ricos y pobres”.
No comparto el pesimismo, aunque sí estoy de acuerdo en la lista de señales de advertencia a las que hay que estar atentos de ahora en adelante. No creo que Apple vaya a tener ningún problema para mantener su imagen y su marca con Jobs teniendo un menor papel que hasta ahora.
Matt Marshall escribía la semana pasada lo siguiente en VentureBeat:
Con la retirada de Jobs, la carga que siempre ha perseguido a Apple —que su destino está demasiado unido a la genialidad de Jobs– se hará evidente de forma incontestable.
Incluso antes de que la empresa tenga ocasión de demostrar lo contrario, es casi seguro que el mercado de valores manifieste su opinión hundiendo de forma significativa el valor de las acciones de la empresa.
Por ahora, el precio de las acciones es mayor que el que tenía hace una semana. Valida la teoría de que al mercado no le gusta la incertidumbre.
Paul Krugman:
Por supuesto sabemos el motivo de la repentina falta de convicción del Sr. Romney. Según la agencia Public Policy Polling, solo el 21 por ciento de los votantes republicanos de Iowa cree en el calentamiento global (y solo el 35 por ciento cree en la evolución). En las files del Partido Republicano, la ignorancia deliberada se ha convertido en una prueba de aptitud para los candidatos, una prueba que el Sr. Romney está decidido a superar a toda costa.
Jean-Louis Gassée escribe sobre Steve Jobs:
Durante mucho tiempo he pensado en él como si tuviera un animal en su interior, el que le aporta el deseo, el instinto y la fuerza. En 1985, ese animal animal hizo caer a Steve. Se levantó durante su periodo en Pixar —haciendo solo esto ya se consideraría a cualquiera un líder de la industria— y NeXT. Entonces, en 1997, armado con el éxito de Pixar y la habilidad técnica de Next, regresó para dirigir Apple y hacerla suya por fin.
Había aprendido a dominar su animal interior.
Tom Reestman comenta la noción de que Steve Jobs toma —o tomaba— todas las decisiones en Apple:
Nadie niega que el equipo directivo de Apple es brillante, pero a pesar de esto mucha gente parece dispuesta a creer que son solo marionetas. Pues yo digo que ambas cosas son mutuamente excluyentes.
Fantástico artículo, incluyendo un fragmento perfecto de la entrevista a Jobs que Walt Mossberg realizó en las conferencias D8.
Al Lewis:
Supongamos que te dan un año de tiempo para acabar con Hewlett-Packard. Así es como lo podrías conseguir.
Brutal.